NO ES MAS QUE EL PRINCIPIO

Por fin los administradores de los dineros públicos hubieron de reconocer la realidad, anunciando un recorte en el presupuesto de la federación. Y no obstante que, con el objeto de autodorarse la píldora, arguyeron su seriedad y responsabilidad, el hecho objetivo es que ese forzado recorte no es, por desgracia, sino tan solo el inicio de una serie de tropiezos y desventuras que los mexicanos habremos en el futuro de enfrentar.

Todo esto tiene su origen en el conjunto de vaciladas y exageraciones que se difundieron paralelas a la aprobación de la pomposamente llamada reforma energética, que en si no constituyo sino la representación de un estúpido acelere de nuestras clases dirigentes.

Me ufano de haberlo expresado en su momento, y para quien lo dude puede, si lo desea, ver, y escuchar lo que en su momento opiné sobre la babosada de la reforma energética, haciendo click aquí. Claramente advertí que no eran los momentos para aventarse a una reforma de ese calado, precise que prácticamente se estaba vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado, y que eran puras mentiras y exageraciones ese panorama de bonanza y crecimiento que nuestras clases dirigentes se ufanaban en hacernos creer, con tal de salirse con la suya y aprobar su mentada reforma energética. Y ahora los hechos me dan la razón.

Y ¿qué decir sobre el fantasioso y ridículo presupuesto aprobado por el montón de levantadedos buenos para nada de los diputados? ¿Podrá alguién con tres dedos de frente asombrarse de su inutilidad? Era más que evidente que ese presupuesto no iba a servir mas que para recortarlo, asi que nadie debe sorprenderse por lo ocurrido.

Quizá lo único que pueda llamar la atención es el cambio de táctica. Esto es, la administración no esperó a que pasaran las elecciones para luego venirnos con sus medidas amargas, dolorosas pero necesarias -¿dónde he oido antes esto, donde?-, sino que nos dio las primeras cucharaditas de la medicina amarga antes de las elecciones, quizá con la intención de que nos vayamos acostumbrando a lo que se nos espera.

En fin, no se trata de hacer leña del árbol caido, sino simplemente de poner los puntos sobre las ies.

Si cuando anduvieron con todo su acelere de la reforma energética no le hacian caso a nadie, sino sólo a su soberbia y delirantes fantasias, pues ahora que les aproveche su recorte, pero que no nos vengan con vaciladas de que son muy responsables y diligentes, ya que la realidad muestra precisamente lo contrario. Porque ... ¿se puede hablar de responsabilidad manteniendo el precio de gasolina que en México el gobierno impone? Es una verdadera canallada, hablar de competitividad y a la vez mantener el precio de la gasolina a más del doble que nuestros vecinos del norte.

¿Puede alguna autoridad vanagloriarse de que no van a subir los impuestos y, paralelamente, mantener el costo de la gasolina al precio actual? Que, ¿tenemos la cara de imbéciles o de plano se burlan de nosotros?

Si de algo positivo para la población pudiera servir el mentado ajuste presupuestario, sería para bajar, y de manera considerable, ese absurdo, monstruoso y deformante costo que la gasolina tiene en México. Porque resulta muy dificil blandir el argumento de que la causa del ajuste presupuestario se centra en el derrumbe del precio internacional del petróleo, cuando la gasolina mantiene el precio que mantiene, siendo su beneficiario ni más ni menos que el mismo gobierno. Lo repito: ¿acaso nos ven la cara de idiotas?

En fin, dice el refrán que arrieros somos y en el camino andamos. Sabemos lo que nos espera, pero ... ¿la administración pública sabrá también lo que le espera?